Para muchos se convierte en un lugar de creación, en un refugio personal o en muchos casos en su rincón favorito de trabajo o distracción.
De hecho es la culinaria una forma de crear, elaborar o preparar los alimentos según cada país o región, lo que constituye todo un arte, por la diversidad y complejidad, incluso por la sencillez en la elaboración de algunas recetas.
Todo lo anterior lleva a creer que puede crearse un ritual alrededor de cada elaboración.
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Las civilizaciones y culturas más antiguas a través del tiempo desarrollaron recetas de cocina mucho más complicadas, complejas elaboraciones y no menos deliciosas, relacionadas con los productos y substancias particulares de esa región específica de cada país.
Tenemos por ejemplo la gran variedad de platos originarios de sudamérica hechos con papas, huevos, etc, o del uso del chile en la cocina mexicana y de la amplia gama de comida que se hace con maíz en Centroamérica o el toque europeo a veces dulzón -en la comida del Cono Sur- o la mezcla poderosa de arroz y frijoles en Cuba, República Dominicana y toda área del Caribe… esos platillos con plátanos, por citar alguno, son toda una delicia.
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Como se ve a la vista, el olor, el gusto y el placer de degustar son solo algunos de las motivaciones de una buena comida. Lo cierto es que después de un buen preparado de asado, un oloroso arroz con gris, un ceviche y un buen postre no se desea nada en la vida pues es puro placer… quizás dormir.
En resumen la comida es el resultado de la suma de un conocimiento antiguo heredado de generación y la creatividad que puede definir a un pueblo. Todos coincidimos y para nada existe duda, en que la comida es el legado de las abuelas y las madres.
El intento de probar y no dar con la receta, el volver a intentar y sacar el mejor sabor, utilizar el ingrediente secreto y de ahí a la receta. El caso es que siempre algo se cocina, ya sea a fuego lento o a más de 360 grados Celsius.
A la cocina es entonces donde entran además los vegetales crudos, los polvos, el aceite y otras substancias tal y como crecen en la naturaleza, y que a través del fuego y la mano de una persona se transforma en otra cosa diferente con olor, sabor, textura y formas jamás imaginadas.
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Esto es en toda su realidad comible, lista para disfrutarse en la mesa y levitar mientras dura la experiencia. Cocinar, es en esencia, el talento de alguien que sabe -como un alquimista- mezclar todo aquello que llega a su imaginación; en medidas y proporciones exactas y darle nombre.
“La cocina es el lugar de los sabores”
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