El cuidado y atención a tus hijos es esencial
¿Qué crees que suceda si la experiencia demuestra que los secretos para criar a tus hijos sanos y felices, se ocultan detrás de la simplicidad?
Muchas veces, las prácticas diarias y las pequeñas acciones bastan para hacer que el papel de los padres sea más agradable y ligero, además de garantizarle a sus hijos, el crecimiento y la atención que merece.
Poner algunos consejos en práctica no estará mal y así aprenderás cómo tratar a tus hijos con mayor cuidado.
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Míralo a los ojos cuando te dirijas a él.
Cuando te dirijas a él, míralo siempre a los ojos. Los ojos son el espejo del alma, y mirar al niño evitando ser superficial, le permite sentirse amado, comprendido, que es bienvenido, y siente que existe y se desarrolla en un hogar de mucho amor.
Obsérvalo y escúchalo.
Cuando quieras decirle algo a tus hijos, sencillamente bájate a su altura siempre que sea posible .
Pregúntale a menudo cómo se siente: se sentirá escuchado y a su vez aprenderá a observar sus sentimientos y emociones.
Cuando regresa a casa de la escuela, evita…“¿Cómo te fue?”, sencillamente pregúntale… “¿Cómo te sentiste en la escuela?”, o… ¿Cómo llegaste a la escuela esta mañana?, …Que clase te gusto mas?,… Él se sentirá en primer lugar y sentirá que para ustedes, sus padres es ante todo importante como individuo y no por lo que hace.
Siempre recuerda que no es un adulto.
Muchas veces seguro, hemos escuchado la frase… “Ya eres un hombrecito”, ….. “¡No llores así pareces una niña!… Dirigido a niños de tres a cuatro años de edad.
Es muy necesario e importante que los niños puedan vivir plenamente su infancia: jugar, jugar y jugar, ser amados, servidos, ayudados, mimados, apoyados. ¿Cómo aplicar este consejo en la práctica? Aquí hay dos consejos importantes:
- Evita la imposición “forzada” de reglas: el niño aprende con el ejemplo vivo y con la imitación directa de sus padres. Las reglas impuestas lo proyectan temprano en un modo adulto, que no es nada positivo ni adecuado para su edad.
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Por ejemplo, si deseas que se lave los dientes antes de ir a dormir, tómalo de la mano y ve al baño con el, empieza a lavarte tus dientes, dándole la oportunidad de verte e imitarte.
- Si quieres que aprenda o colabore, siempre debes involucrarlo a través del juego.
Por ejemplo, limpiar su dormitorio puedes convertirlo, digamos en un juego de piratas que limpian el barco y serás el capitán, luego serás el dueño de la nave, el centro, etc. Verás que al día siguiente te preguntará: “¿ Cuándo volveremos a limpiar la habitación, mamá?”
Haz que viva un ritmo diario armonioso.
Para un niño, la rutina y los pequeños rituales diarios son fundamentales pues le brindan seguridad, lo orientan incluso cuando aún no tiene muy clara la noción del tiempo, le dan una sensación de límite dentro de la cual puede moverse con serenidad.
Para lograr esta armonía en tus hijos puedes:
1-Hacer que las actividades realizadas a ciertas horas del día, logren ser lo más similares posible de un día a otro.
2–Evitar que cambien de asiento en la mesa o que coman una vez en la mesa, luego en el sofá, etc.
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3-Crear un ritual de buenas noches y uno de buenos días, así harás que esto lo acompañe suavemente para dormir o para reanudar el día, dándole ánimos para hacer ambas cosas y no las vea como una imposición o castigo.
4-Evitar los juegos que son muy animados y excitantes por la noche, abogar a favor del silencio y la tranquilidad, la iluminación suave y las lecturas o los juegos tranquilos que no carguen energéticamente al niño, sino que fomenten la calma y la transición a un buen sueño.
Haz todo para que se sienta tranquilo y feliz.
Tus hijos aprenden por imitación, absorben todo del ambiente sin la posibilidad de filtrar ni un solo detalle.
Tener un buen ejemplo a seguir directamente con sus padres, evita tener que luego se gaste tiempo y esfuerzo en un método poco educativo y antiguo de imposiciones, repeticiones innecesarias, recompensas para lograr lo que se desea de el y luego de castigos.
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También dedícate, tómate un poco de espacio y tiempo para ti para recargarte con las cosas que te gusten hacer: no olvides que tenemos un niño interior que nos pide atención.
Si eres alguien a quien le cuesta estar en paz y sentirse feliz, resuelve tus conflictos con el pasado y los rencores que tengas con los demás, incluso, contigo mismo: muy a menudo cuando nos enojamos con nuestros hijos, la verdadera motivación se esconde detrás de nuestra frustración y no en lo que pueden haber hecho ellos.
Evita por todos los medios, comparar a tus hijos con los demás, no olvides tratarlos con mucho… mucho cariño,
… y cuidarlos, recuerda que están hechos de sueños.
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